dimarts, 27 d’octubre del 2009

fin (de la primera parte)

He decidido mudarme a wordpress, por diversos motivos, tanto de funcionalidad (hoy le da mil vueltas a blogger) como románticas. Y además controla mejor las visitas, links, comentarios y demás.
He estado en blogger desde el 2004, y tengo la sensación de que lo he agotado y él a mí. Tengo ganas de cambiar de aires, de dominio y de orientación.
Todo el contenido de este blog lo he migrado al nuevo, porque al contrario que cuando empecé éste, ahora no pretendo empezar de cero ni borrar la anterior etapa, sino construir algo a partir de lo que ya tengo. He escrito aquí cosas que no quiero que se pierdan nunca y esta página recoge estados de ánimo que, aunque no tengo valor para revisitar ahora mismo, me tienen que servir más adelante.

Como no podía ser de otra manera, hay quien ya escribió los versos adecuados:


Adiós, compañeros, adiós, y que les vaya bien bonito.
Les mandaré pronto un escrito con mi nuevo santo y seña
Si no dan pronto conmigo...
http://halfwaytoeverywhere.wordpress.com/

diumenge, 25 d’octubre del 2009

Cajas de música imposibles de parar...

Hace años, cuando no actualizaba mi blog (el "otro" blog) era porque me sentía bien. Normalmente recurría a él cuando me sentía estafada, triste o rabiosa.
Con este ha sido distinto desde el principio, comenzó como una especie de cuaderno de viaje que intentaba actualizar periódicamente, después ha sido un retrato de mis nuevos paisajes mentales y un testigo de mis superepifanías repentinas (sí, tengo cierta capacidad para no tomarme demasiado en serio) y ahora está un poco en ninguna parte.
Ahora mismo estoy tan ocupada que aunque se me ocurren mil cosas, no las termino escribiendo.
No sé muy bien cómo me las he apañado para apuntarme a tres cosillas distintas durante la semana, pero por si fuese poca ambición estoy esperando que en el trabajo me confirmen si me pagan o no un master.
Además, aunque siempre me ha encantado cocinar, me he estado adentrando en el mundo de la panadería, y de ahí a la pastelería, y especialmente explorando las recetas del note de África que me recuerdan a mi infancia... en este campo aún soy poco más que un cero a la izquierda pero es un reto muy grtificante (en mi vida había comprado tanta harina...).
Y por último, una de esas ideas que pospuse para más adelante hasta que los caminos del decrecimiento del consumo, la investigación cocinil y los nuevos hábitos alimentarios han terminado por cruzarse en el punto inevitable: el huerto urbano (y lo digo con sonrojo y la boca muy pequeñita). He conseguido un miniespacio (más que mini, micro) al que trataré de dedicar unas hipotéticas horas que aún no sé muy bien de dónde van a salir... espero que el asunto no termine en un fiasco.
Y claro, con tanta actividad, el pobre blog tiende a ser olvidado.

dissabte, 26 de setembre del 2009

sueño

He soñado que asistía como público a una conferencia, una charla, o simplemente estaba escuchando a alguien que relataba su experiencia. Alguien estaba relatando una cesárea y yo escuchaba sentada.
De pronto un calor me subía por todo el cuerpo, me estaba quemando, me ardía todo, partiendo desde el vientre hasta las puntas de los dedos. Y lloraba y lloraba, no podía parar de llorar. Mi cuerpo se deshacía, los ojos ardiendo en llamas, las lágrimas cayendo como lava, cubriéndome la ropa, y yo sólo podía sollozar y seguir ardiendo, inconsolable. Y creo que de alguna forma me gustaba, no porque encontrara placer en el dolor del fuego, sino porque de alguna forma era lo correcto y lo asumía así. Creo que simplemente esperaba consumirme.

diumenge, 13 de setembre del 2009

De bebé a niño...

Guardando la ropa que se le ha quedado pequeña es cuando más conciencia tomo de quiñen fue y quién es ahora. Cada prenda que guardo me devuelve el recuerdo de todas las cosas que hemos vivido juntas, y meterlas en una caja es como enterrar una pequeña parte de nuestro primer año. Iba a escribir sobre lo mucho que ha cambiado pero me doy cuenta de que en esencia es la misma. Su espíritu exigente, su energía inagotable y su voluntad inamovible siguen ahí, aunque ahora tiene un montón de herramientas para expresar todo eso que siente. Me encanta que sepa tan bien lo que quiera y que ni siquiera las horas con mis padres le hayan hecho dejar de creer que merece aquello que desee en cada momento, que sus necesidades son legítimas y que vale la pena gritar cuando algo no le guste. Si puede mantener esa convicción hasta su etapa adulta seré la persona más feliz sobre la tierra.
Lo que sí cambia y se reinventa son los retos que afrontamos. El primer año es el del choque brutal, el enamoramiento, la adaptación, el descubrimiento del yo animal y el instinto mamífero. El apego indestructible es la base perfecta y omnipotente que más tarde es el punto de apoyo para todo lo que viene después, los cimientos de toda la experiencia vital junto a un hijo y las batallas que ello comporta.
Nosotros hemos elegido pelearnos contra lo que nos intente domar, en lugar de pelearnos con ella. Al fin y al cabo es el miembro más puro e incorrupto de nuestra familia, y me parece más lógico aprender de su forma de entender la vida libre de prejuicios y normas que contaminarla con nuestros complejos e injusticias asumidas.
Y ahora se presenta una etapa aún más dura... siento que el sistema llama a filas a mi hija para que se integre en él, para que adopte las disciplinas que impone el capitalismo, aprenda lo que conviene que aprenda y sea la persona que necesitan que sea, que dome su temperamento y aprenda a esperar, obedecer, que reconozca su lugar al final de la cadena alimenticia social y especialmente aprenda a conformarse.
Mi trabajo, o mejor, mi obligación moral es enseñarle que no tiene ninguna necesidad de convertirse en otra persona, que no necesita agradar, que no necesita vivir según los dictados de nadie, absorver doctrinas morales ni renunciar a lo que le pida el corazón.
¿Cómo se llega a ese punto? ¿Cómo se proporciona a un hijo la confianza suficiente en sí mismo como para que nadie le doblegue? ¿Cómo se le anima a comportarse de forma respetuosa y sin pisar a nadie, y no permitir que nadie le pise?
La solución, en los próximos capítulos. :)

Una canción que nos viene al pelo...

divendres, 4 de setembre del 2009

aunque sí cambiaría una cosa...

Lo que queda por vivir, no volveré a pedir permiso,
sólo tengo un compromiso que te aviso desde aquí.

Creíste que de esta no saldría, que tendría que retroceder,
al fin perder mi chulería; ese día no lo vas a ver.
No es que yo no sepa perder, es que no sé ceder fácilmente,
lo que piense la gente, ¿para qué lo he de tener yo presente?

Lo que queda por vivir, no volveré a pedir permiso,
sólo tengo un compromiso que te aviso desde aquí.

Ahora mismo, lo único urgente, es ir de frente con mi poca verdad.
Los demás tienen ya suficiente, con su suerte, y con su libertad.
Si tuviera dos o tres más vidas, haría lo mismo una y mil veces,
que con creces me dieron de más, mucho más de lo que uno merece.

Lo que queda por vivir, no volveré a pedir permiso,
sólo tengo un compromiso que te aviso desde aquí.

Lo que queda por vivir, no volveré a pedir permiso,
sólo tengo un compromiso que te aviso desde aquí.


dissabte, 29 d’agost del 2009

Reproducirse para decrecer

Puede parecer paradógico proponer el ampliar la familia como medio para el decrecimiento económico (entendido no como empobrecimiento sino como reducción de la necesidad de dinero).
Yo misma esperé a ser madre porque entendía que era algo carísimo, un bebé necesitaba todo un ajuar increíble y carísimo, y luego iba a ser un goteo constante de ropa, leche, biberones, etc...
Es gracioso. El 90% de las cosas que compré en el embarazo son estupideces, necesidades dirigidas desde fuera, inculcadas y no realmente surgidas de un nacimiento. Hubiese bastado con unpar de muebles, ropa y una bandolera.
Después no gastamos un euro en comida los primeros 6 meses (es una idea subversiva de algún modo, crear una vida que se sustente totalmente gracias a tu cuerpo y pueda subsistir totalmente al margen de la rueda del consumo. Imagínate millones de bebés criados así y haz números...). Y después de eso le he comprado papilla sólo 3 veces, y algún potito ocasional. El resto no ha supuesto aumentar el presupuesto semanal (yo como menos, y lo que me quito se lo doy a ella), los pañales son de tela (una buena inversión inicial te puede servir para todos tus hijos) y los portabebés adicionales, juguetes, etc... son totalmente superfluos.
Pero no sólo no ha aumentado el gasto familiar, es que lo ha reducido. Técnicamente salimos mucho más que antes, entre unas cosas y otras apenas paramos en casa (antes salíamos unas pocas horas de noche y dormíamos todo el día siguiente, y así se nos escapaban las semanas), y además ahora salir no significa quemar 40 euros en alcohol, o en taxis, o en el cine. Y encima nos hemos desprendido de la sensación de que todas las noches son iguales y uno ya sale por compromiso, por no quedarse en casa o porque es lo que debe hacer a su edad.
Eso, más otros ajustes en casa como la supresión casi total de detergentes (está por ver una alternativa de higiene corporal), los reguladores de consumo de agua, el cambio de alimentación (gastamos menos que antes incluso comprando ecológico en gran parte) hacen que aumentar la familia haya supuesto un ahorro involuntario. Supongo que esto cambiará dentro de pocos años, cuando tenga unas necesidades materiales difíciles de obviar, pero son retos que tengo ganas de afrontar también, a su debido tiempo.
En cualquier caso, para el próximo hijo a mí no me pillan en Babies R Us...

dijous, 20 d’agost del 2009

Síndrome de Stendhal

He descubierto el catalizador instantáneo del síndrome de Stendhal.
La puerta a ese otro mundo se esconde entre los rizos de Saïda.
La abrazo, hundo la nariz en su cabellera, cierro los ojos... aspiro el aroma a leche, sudor y vida y su energía me manda a ese mundo secreto de una patada. Me encanta ser la única que tiene la llave...

diumenge, 16 d’agost del 2009

Mirando atrás (de reojo)

Echo la vista atrás y ahora veo lo evidente que era hacia dónde se dirigía mi embarazo. Una gestación totalmente controlada, registrada y medicalizada. Estaba aterrada, me sentía enferma y el ginecólogo que elegí reforzaba esa imagen del embarazo como una enfermedad... ecografías constantes, una importancia exagerada al mínimo dolor, amenazas cada vez que parecía que algo podía ir mal (reposo absoluto o la matarás), dolor físico, dolor emocional, infantilización.
Hasta el cuarto o quinto mes estaba totalmente desconectada de la parte animal del embarazo, sumida en mi mundo de revistas para embarazadas. Sólo pensaba en accesorios de puericultura, muebles, ropa y estupideces varias. Cada cosita que compraba parecía situarme un poco más cerca de mi bebé, como si realmente hiciese algo por ella. Y justo lo que debería haber hecho, que es preparar mi parto debidamente, no lo hice.
A partir del 5º mes se me giró la cabeza completamente, fue como tirarme a la piscina. Me sentía animal, me sentía capaz de todo, me moría de ganas de parir y amamantar, de abrazar a mi hija y no dejarla ir. Las contracciones llegaron antes de tiempo, y dolían... vaya si dolían. Algo estiraba de lo más hondo de mi cuerpo, no era capaz de moverme, sólo podía quedarme quieta y esperar a que pasara. El médico volvía con sus amenazas: te pondrás de parto, tu hija morirá si nace ahora, sólo pesa medio kilo, en este hospital no puedes parir tan pronto. Quédate en tu casa y no te muevas en 13 semanas.
Y el animal poderoso se convirtió en animalito asustado... no podía moverme, me sentía vigilada, nadie confiaba en mi capacidad para llevar a mi hija a término. Mi madre intentó evitar que comprase la cuna porque si moría luego me daría pena verla. Mi suegra me transmitió su preocupación porque al no estar casados, si yo moría en el parto quizá no tuviesen ellos la custodia. Un amigo me dejó claro que eso a él no le hubiera pasado, yo me lo busqué. Y Dani tenía tanto miedo como yo, veía cómo me miraba impotente sin saber muy bien cómo ayudarme. Me sentía incomprendida, presionada, aterrorizada. Me pasaba el día totalmente sola en mi casa, tumbada en el sofá muerta de asco y pena. Sólo quería terminar y me preguntaba, llena de culpa, qué pasaría si abandonaba el reposo y nacía antes... buscaba casos de bebés nacidos en la semana en la que yo me encontrase, pero sabía que no lo iba a hacer realmente, no hubiera sido capaz. De alguna manera imaginarlo parecía liberarme un poco.
Al cabo de las dichosas 13 semanas ya no era yo. Me leo y me descubro enajenada, enloquecida, aislada de mis amigos. Sólo una amiga seguía llamándome y yo se lo agradecía hablándole fatal. Supongo que le decía a ella lo que les hubiese dicho a los demás.
Abandoné el reposo en la semana 37. Después de tres meses con la amenaza me sentía como si llevara siglos pasada de cuentas. Había perdido totalmente mis principios y prioridades, necesitaba parir ya. Quería terminar ya, cada visita esperaba que me dijera que el proceso estaba ya cerca, y de repente después de tanto tiempo en la cuerda floja empezó a decirme en cada visita que estaba muy verde. En aquel entonces no vi lo obvio del engaño.
Una semana y pocos días después, regalé a un hijo de puta el nacimiento de mi hija.

Y hasta aqui puedo contar (me).

dissabte, 15 d’agost del 2009

rompecabezas

Según datos de un estudio realizado por el Área de Pediatría del Hospital de Dénia, sobre una muestra de 1.500 niños nacidos en la comarca, los bebés alimentados con biberón ingresan 14 veces más por infecciones gastrointestinales y cinco veces más por problemas respiratorios -bronquitis, neumonía- durante los seis primeros meses de vida que los que han recibido lactancia materna.
De acuerdo con esta investigación, los niños alimentados con fórmulas artificiales están más expuestos que los amamantados a padecer enfermedades infecciosas. En general, enferman más, hacen más visitas a los centros de salud y a urgencias y toman más medicamentos. Nutricionalmente, continúa el estudio, los alimentados con sucedáneos tienen más problemas de digestión, ya que toman una leche que no es de su misma especie.
Leer la noticia

A pesar de ésta información, siguen habiendo mujeres a las que no les sale de los santísimos genitales alimentar a sus hijos, al parecer la posibilidad no probada de retrasar un par de años la caída de sus tetas (lo cual es además un mito) tiene prioridad frente a la salud de sus propios hijos. He oído excusas tipo me da asco que me chupe las tetas, mis tetas son para mi marido, así compartiremos el trabajo, es un atraso, yo no tengo paciencia para esas cosas, o sencillamente no me da la gana. Seguro que lucen unos escotes preciosos en la sala de espera del pediatra.
Ojo, no estoy hablando de madres que lo han intentado y no han tenido asesoramiento, que han tenido lactancias de pesadilla... todos esos casos que son la vergüenza de nuestro sistema sanitario (y nuestra cultura occidental supercivilizada). Hablo de esas personas que simplemente no quieren ni oír hablar de dar una sola gota de leche materna a sus hijos.
No logro entender la falta de instinto, de apego, el rechazo a tu propio hijo, el miedo a que te necesite tanto que no puedas delegar su alimentación en cualquiera. Es caro, es engorroso y además puede convertirle en una persona enferma, ¿cómo puede no importar? ¿Será miedo al compromiso o a la intimidad? ¿Falta de inteligencia emocional? ¿Desconexión de su propia condición de madre mamífera?
Y que encima no puedas atreverte a decir nada por no herir sensibilidades. ¿Quién defiende la sensibilidad de los recién nacidos?


dimarts, 11 d’agost del 2009

bebés autónomos vs bebés desapegados

Cuando S era muy, muy pequeñita había tardes que me sentía un poco anulada en su demanda. A mí me hace feliz colmar sus necesidades, pero hay ocasiones en que son las 17h de la tarde y una huele mal, se está meando por momentos, ha comido corriendo con una sola mano y no ha podido descansar ni un minuto... y tienta pensar en los bebés bienacostumbrados.
Me imaginaba cómo serían esos bebés que jugaban en sus mantitas o se entretenían en sus hamacas mientras sus madres se duchaban, comían o hablaban por teléfono. Los que pasaban un rato en su cuna sin queja alguna y regalaban a su madre una horita de libertad.
Con el tiempo, en esos momentos de debilidad la comparaba con los bebés que exploraban por su cuenta toda la casa, que rodaban solos por la alfombra... mi hija empezó a moverse pronto pero no consentía hacerlo sin nuestra mano en contacto permanente.
Me gusta quién es mi hija pero no acababa de entender por qué alguien como ella, que tiene todas las virtudes del mundo, era tan dependiente y ansiaba tanto mi contacto, mientras otras madres me contaban orgullosas que sus hijos eran seguros e independientes PORQUE eran ya autónomos. Era como si lo suyo fuese percibido como una tara por los demás.

Bueno, mi hija ya gatea, camina y corre, ya explora cosas por sí misma. Y he hecho un re-descubrimiento (porque ya lo sabía, pero cuando tenía un mal día no pensaba en ello). A mi hija le gusta estar pegada a mí, le agrada mi contacto. Ella es autónoma y no me necesita ya para desplazarse, pero cada pocos minutos deja lo que esté haciendo, viene y me abraza, me besa, me sonríe. Ahora me apena entender que los bebés que no echaban de menos ese contacto desde su hamaca/suelo/coche no eran criaturas independientes y seguras como alguna madre pretendía sino hijos del desapego. De hecho es demencial atribuir esas cualidades a un bebé de pocos meses, y lo que la sociedad debería estar haciendo es echar una mano para que las madres puedan asumir esa demanda y cubrirla satisfactoriamente en lugar de castigarlas por intentarlo y buscar mil maneras de convertir a los hijos en muñecos y atribuirles rasgos de personalidad (crueldad, egoísmo, independencia) propios de adultos.
Y hoy que mi hija está dejando de ser bebé para ser niña todavía se aprecia más la diferencia abismal en el trato, en las muestras de cariño y en la forma de actuar de los hijos hacia las madres.
Me asusta pensar hasta dónde habrán llegado a separarse esos caminos que prometían ser paralelos y a dónde va a llevar a cada individuo todo ese historial emocional.

dimecres, 5 d’agost del 2009

Como dice la canción...

Voy a empezar por el principio, cerca del precipicio donde siempre quise
estar. Carmen Jones en el cuarto de estar, nadie sabe andar como ella. Quiso
una estrella iluminar mi camino, cuando más ciego estuve. Carmen Jones, no
te puedo fallar, no dudes de mí jamás. Sólo me tengo que reconciliar con los
errores que volveré a cometer. Son estos celos, del cielo hasta el suelo Y,
quiso una estrella iluminar, mi camino cuando más ciego estuve. Carmen
Jones, no te puedo fallar, no dudes de mí jamás. Sólo me tengo que
reconciliar con los errores que volveré a cometer. Son estos celos, del
cielo hasta el suelo, el mayor tormento que pueda imaginar. Son estos celos
del cielo hasta el suelo...

dijous, 30 de juliol del 2009

Bloqueo Espinal Total

A una semana escasa de celebrar el primer cumpleaños de mi hija y todavíe no he sido capaz de escribir el verdadero relato de su nacimiento (y menos ahora que probablemente sea el peor momento para desenterrar el horror). Ni siquiera me atrevo a recuperarlo mentalmente, no puedo gestionar toda la serie de humillaciones, dolor y vergüenza de esos días, no soy capaz de asumirlo ante mí misma así que menos voy a lanzarlo al mundo. Seguimos recabando información...


Este es un accidente grave que puede ocasionar la muerte del paciente si no se diagnostica y trata en forma oportuna y adecuada. La inyección accidental de una dosis en bolo de un anestésico local en el espacio subaracnoideo en lugar del epidural, o bien la sobredosis de este fármaco aplicada en el espacio intratecal son las causas de esta complicación.

Los síntomas son verdaderamente graves y dramáticos, se presentan en un lapso de tiempo muy corto habitualmente en menos de un minuto, el paciente refiere problemas para respirar, parálisis total de sus miembros y tórax, alteraciones de la conciencia, baja de la tensión arterial y frecuencia cardiaca. De inmediato se deberá de aplicar por vía endovenosa fármacos vasopresores y líquidos, la vía aérea y la ventilación del enfermo deben asegurarse por medio de ventilación artificial e intubacion endotraqueal, en ocasiones es necesario la administración de atropina endovenosa y la aplicación de maniobras de reanimacion cardiopulmonar.

De la correcta y oportuna aplicación de esta medidas terapéuticas, dependerá el pronóstico del enfermo, el cual puede requerir ventilación mecánica por algunas horas, el tiempo de recuperación de este accidente dependerá del tipo y dosis de anestésico local administrado en el espacio subaracnoideo y del tiempo en que se inició el tratamiento.

La medida más importante para evitar esta complicación es la de inyectar el fármaco en el espacio epidural en forma fraccionada, previa dosis de prueba, asimismo las inyecciones de los medicamentos a través del catéter deberán de hacerse previa prueba de aspiración del mismo, y cuando el resultado de ésta es negativo se podrá inyectar el medicamento a una velocidad no mayor a un centímetro por segundo y no más de cinco centímetros en cada inyección, si se requiere otra dosis se deberá de aplicarse siguiendo estas indicaciones.

En el caso del bloqueo espinal la dosis del fármaco deberá de ser la adecuada y nunca deberá de excederse, tratando de mejorar la calidad del bloqueo, asimismo se deberá controlar la posición del paciente de acuerdo a la baricidad del anestésico local aplicado

dissabte, 27 de juny del 2009

Recuerdo la segunda vez en mi vida que vi a alguien dando de mamar como si fuese ayer )la primera fue mi madre a mi hermana... pero destetó a las pocas semanas).
Fue en el año 2001, yo iba sentada en la línea 3 del metro, venía del Campus Mundet a mediodía (por aquel entonces estudiaba allí). Sentada a pocos metros, una mujer daba el pecho a un bebé no muy mayor (tendría entre 6 y 12 meses). Me impactó totalmente... me pareció tan increíble, tan fuera de lugar, chocante... alguien como yo, que he odiado mi pecho toda mi vida, no podía explicarse cómo aquella mujer podía tener un pecho fuera en público, por qué no le daba en otro momento, si no tendría vergüenza... No tenía ni idea de lo que era un bebé ni menos aún la lactancia, y concentré mis esfuerzos en no mirar.
La tercera vez que vi a alguien dar el pecho fue en la sala de espera de Mare Nostrum... M estaba alimentando a su bebé dentro de un pouch y Saïda tenía 6 días. No es raro que acudiese allí con el pecho herido y ni idea de cómo ponerme a la niña, no tenía experiencia ni modelos y las fotos de modelos con minipechos de pasarela y bebés estáticos eran difíciles de reproducir con mi pecho enorme, dolorido, mi abdomen rajado, mis grapas, el dolor lacerante y un bebé llorando que no parecía saciarse nunca.
Sí, tardé otros 7 años en ver a alguien dar el pecho. No estaba del todo equivocada cuando lo juzgué de inverosímil e increíble. Dar el pecho es raro, pero seguir haciéndolo lo es aún más.
Y aquí seguimos nosotras, camino del año de lactancia materna.

diumenge, 21 de juny del 2009

La eterna pelea

¿Por qué todo tiene que costarnos una pelea?
Tenemos que ir al ginecólogo con las respuestas aprendidas, en guardia, listas para atacar a la mínima y hacerle saber que no nos dejaremos engañar. Hay que recabar información legal, apoyo (a menudo de pago) y un traje acorazado para ir a parir, porque al mínimo descuido, en cuanto perdamos el control o la paciencia, nos abren la barriga y nos sacan a nuestros hijos.
Tenemos que comportarnos como psicóticas asociales para que los familiares respeten nuestro descanso en el postparto y mentir a las enfermeras para que no nos obliguen a darle otra leche a nuestro hijo. Tenemos que ser aleccionadas para que no caigamos cuando nos mientan y nos digan que está icterico, que le bajará la glucosa, que lo estamos matando de hambre...
Hay que cambiar mil veces de pediatra, o acostumbrarse a acudir a las visitas armadas hasta los dientes, mintiendo sistemáticamente o discutiendo cada vez y arriesgándonos a que nuestra pediatra acabe cogiéndonos manía y pueda tratar peor a nuestro hijo.
Y la lactancia... algo tan grande, tan importante, tan efímero y que cuando se va no vuelve jamás, siempre amenazada, siempre en peligro. Criticada, mal vista, obstaculizada... Hayu que resignarse a ser la madre obsesionada, la hippie que lleva al niño en un trapo, la mártir que se deja las tetas por cuidar a su hijo, la mujer sin vida privada que se metió al bebé tirano en la cama, la radical que no le daba potitos, la paranoica que todo lo compra biológico. La "demasiado madre". La que cambió las borracheras nocturnas los sábados por los besos de su hija todos los días, a cualquier hora, ¡qué mala amiga soy! Qué absurda escala de prioridades...

Lo siento mucho, siento que lo natural sea lo alternativo, que hacer lo que corresponde a nuestra especie suponga vivir siempre a la contra. Siento que mi conciencia grite mucho más fuerte que la publicidad, los consejos de gente que no sabe lo que es un hijo, que las opiniones no solicitadas y los consejitos de los que temen por mi salud mental y me aconsejan que deje el traje de madre en casa y salga a vivir la noche (no pretenderé que vengan ellos, y menos a plena luz).

Ojalá las personas que me importaban pudieran alegrarse de todo esto que estoy viviendo... les interesase escuchar algo de lo que tengo que contar, me apoyasen en mis batallitas... A veces es muy cansado que todo suponga pelearse con alguien, muchísimo. A veces una no se levanta con ánimos de morder a aquel que se interponga en su camino, hay días que necesitas un poquito de comprensión desde el exterior. Al final sólo te queda hacerte fuerte con aquellos que piensan como tú. Aunque te hagan el chistecito fácil de la secta...

Y una última reflexión para quien me lea. ¿Cuántas horas diarias pasa ud. en su puesto de trabajo? ¿Cuántos minutos del fin de semana o del tiempo libre en su casa piensa usted en su trabajo? ¿Habla de ello con sus amigos, pareja, familia? ¿Le han acusado por ello de ser un obseso de la vida laboral, un yonki a sueldo?
¿Y por qué tengo yo que ocultar que durante la mañana, en la oficina, pienso en mi hija? ¿Que pienso en ella el día que me atrevo a salir un rato y la dejo con mis padres? ¿Por qué tengo que intentar no hablar de ella con x personas para no aburrirles y que no me digan que me he vuelto monotemática?
Ésta es la persona que soy ahora, y ya es bastante difícil tener la energía para lidiar con las tonterías de los profesionales como para añadirles las gilipolleces de la gente que debería respaldarme. No "se me va a pasar", no me voy a justificar ni a disimular y si hay alguien que no quiera acompañarme en adelante, mejor, un obstáculo menos.

dissabte, 6 de juny del 2009

"¡Eres demasiado madre!"

Me dice a menudo. Cree que tengo una paciencia inagotable, una serenidad increíble. Hago cosas de las que ella no era capaz como amamantar a mi hija, no permitir que llore sólo porque no me apetezca estar por ella o quiera descansar... porque la acaricio cuando lo pide y no cuando me apetece, porque espero a que tenga sueño en vez de acostarla porque quiero cenar tranquila. Me cuenta que ella no tenía paciencia, que se cansó de la teta a los dos meses, que estaba deseando volver al trabajo porque en casa con su bebé se ahogaba y los 4 meses de permiso se le hicieron eternos. Se desesperaba porque su bebé pasó los primeros meses de vida llorando hasta que se dormía, y porque le reclamaba brazos. Que ya no podía ir al cine, que llegaba de la oficina cansada y tenía que ocuparse de su hija... pero que no importa, porque los niños se crían igual, llorar a solas no les causa ninguna consecuencia y no pasa nada por no estar por ellos tanto como reclaman... por eso le sorprende que yo sí haga todas esas cosas, y le llama la atención lo diferente que es mi hija de la suya. Esta niña parlanchina y escandalosa que se pasa el día riendo y jugando, haciendo gracias a todo el mundo, no tiene nada que ver con la llorona que parecía tener terror a su cuna y que le giraba la cara cuando le daba besos... a ella la hija "le salió" arisca y reservada, miedosa y rencorosa. Cosas de la personalidad, cuestión de azar, dice siempre.

Está muy bien comparar y debatir, pero creo que la distancia hacia su hija y su desconexión del rol de madre sigue siendo su mayor escollo al relacionarse con su hija. De otro modo no comprendo que sea capaz de de contarme todo eso sin reparar en el detalle de que el bebé llorón e inoportuno era yo.

dimarts, 26 de maig del 2009

preguntas con respuesta

A veces me pregunto por qué yo, por qué ahora, por qué ella. Por qué mi hija es como es, inagotable, inamovible, beligerante, exigente y asertiva hasta niveles absurdos. Al principio no me atrevía a salir sola con ella, en cualquier momento se agobiaba o necesitaba algo y cuando era así, era extremadamente urgente desde el primer segundo. Sus alaridos marcaban la prioridad.

Otra hija no me hubiese roto los esquemas. Un bebé pasivo, callado y que no reclamase (cada vez estoy más segura de que no nacen, los hacen) no hubiese supuesto ese tirón de orejas a mi (des)orden vital y esa revisión inevitable de todo. Me hubiese perdido tantas cosas... si ella no me hubiese obligado a frenar en seco hubiera pasado por mi propia maternidad y mi vida sin enterarme... es terrorífico.

La voluntad de mi hija es indoblegable, y ahora mis principios también... estoy satisfecha que me doy asco. XD


Por cierto, quiero dejar constancia del mes 9: ya ha pasado tanto tiempo fuera como dentro de mí. Creo que físicamente ya estoy recuperada o casi. Almenos peso 2kg menos que cuando me quedé embarazada y tengo intención de seguir en ello.

diumenge, 17 de maig del 2009

El tiempo no cura nada

el tiempo no cura nada
el tiempo no es un doctor
mala racha, mala estampa
y un bastón para el corazón
con anestesia no hay dolor
pongáme la inyección...
el tiempo solo te sana
lo que no importa ya

Cuando retomé el blog después de nacer Saïda pensaba que sería una estupenda terapia para el nudo que la cesárea me dejó en las entrañas (literalmente también). Hace 6 meses que intento componer un post que nunca llega. La mañana del 6 de Agosto pasaron cosas horribles... el trato que recibí fue humillante y hay un par de cosas que ni siquiera he podido contar a nadie y aún se me clavan en el pecho cada minuto.
La cesárea en sí es la piedra en mi zapato que, aunque no me impide avanzar (hace 9 meses que no hay árbol tan grande como para cerrarme el camino), sí está patente en cada uno de mis pasos. Creo que no lo cuento todo porque aún estoy llena de culpa, y porque no exteriorizo y pongo en prespectiva tampoco sé perdonarme. Ahora parece muy claro cómo debí haber actuado pero me releo, me pongo de nuevo en aquella piel y la verdad es que estaba totalmente enajenada, harta del miedo y las amenazas ("abandona el reposo y tu bebe se irá directo al cielo", me dijo una vez), anulada, infantil y totalmente ciega.
Y también muy sola, por qué no decirlo. En aquel momento estaba llena de rencor porque nadie tenía un hueco para nosotros, no éramos un plan interesante. Me harté de llamar y proponer, me cansé de que la gente se aburriese al oír mis preocupaciones de embarazada y me agrió el corazón que me pudiesen sugerir que me deshiciese de mi bebé mientras estaba a tiempo (como si no fuese buscado) o me dijesen que yo sola me había metido en esa situación. Me di cuenta de que tenía la agenda llena de compañeros de borrachera y en algún momento me había dejado de importar que no fuesen buenos amigos.
Fue un proceso duro, claro, pero ahora que ha pasado casi un año desde que dejé de sacar de donde no había ya no me molesta. No tengo mucho tiempo y perderlo en ese tio de cosas no es una opción...

Por otra parte, la primavera me ha pillado llena de nuevos proyectos... una asociación, un par de cursos, un reto personal que esta vez sí va a salir adelante y muchísimas ganas de vivir... y muy buena compañía, energía inagotable y mi hija, un motor que nunca se para. Ya no me duele el zapato, más que caminar ahora diría que volamos.

divendres, 8 de maig del 2009

Priorizando

Pregunta de una ama de casa:

Ma, me es difícil sacar tiempo para el namajapa o para la meditación.
Tan pronto como me siento y permanezco inmóvil, entonces ocurren una docena de cosas que precisan mi atención.

Sri Ma sonrió comprensivamente y dijo:

“Supón que estás de pie junto a la orilla del mar y deseas adentrarte en el agua. ¿Puedes esperar hasta que cesen las olas?”

Sri Ma Anandamayi
De Pensamientos desde el Umbral

dilluns, 6 d’abril del 2009

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2009/04/06/psiquiatriainfantil/1238998806.html
Este artículo me ha hecho pensar en el campo de batalla permanente que es la casa de mis padres. La distancia nos ha dado cierto desahogo y nos ha permitido tratarnos con respeto por primera vez, pero con mi hermana es peor un de lo que fue conmigo. Ella es la eterna víctima del agravio comparativo, la etiquetada como mala, gandula, egoísta, que parece haberse creído esas etiquetas y ha acabado representándolas a la perfección. Oír las descalificaciones continuas entre unos y otros me crispa y me pone en tensión como si se dirigiesen a mí otra vez, y veo cómo cambia la expresión de mi hija cuando lo presencia, aunque el tema no vaya con ella.
Uno de mis principales objetivos es no perderle nunca el respeto, no ridiculizarla, no confundir paternidad con paternalismo. Espero que dejar constancia aquí me ayude a no olvidarlo.

diumenge, 22 de març del 2009

Pediatría e intrusismo

Nunca me había planteado el auténtico papel que juegan en nuestra sociedad los pediatras, los médicos de familia y (en menor medida) los farmacéuticos. A raíz de nacer Saïda empecé a descubrir la desactualización de muchísimos pediatras (según experiencia personal, el 90%, pero no manejo cifras como para afirmar nada con la boca muy grande) en cuanto a alimentación infantil y especialmente lactancia. En seguida me di cuenta de que no tenían la más mínima idea de cómo se desarrolla, maneja y apoya la lactancia materna, y no sólo no lo reconocen sino que malaconsejan, ordenan y sientan cátedra, tratando a las madres con autoritarismo. Y a mucha gente le está bien así, el médico es como un ser humano superior a nosotros que juega en una división del conocimiento superior. Es aquel que nos orienta sobre cómo educar, amamantar, alimentar, higienizar y hacer dormir a nuestros hijos.
Mi primera reacción fue la rabia... cambié varias veces de pediatra, harta del paternalismo, harta de los consejos destruyelactancias que yo sabía que eran erróneos, harta de que sus instrucciones se nutriesen de mitología popular, incultura, desinterés por la formación continua y demasiada influencia de los visitadores médicos.
Después me he dado cuenta de que la culpa también es nuestra, de todos. Hemos elevado a ese altar a los médicos, hemos puesto nuestra vida en sus manos de tal manera que nuestro farmacéutico nos aconseja sobre el mejor juguete para nuestro bebé, el médico de cabecera nos impone dietas sin ser nutricionista ni endocrino, y el pediatra es el gurú de la maternidad que nos vigila revisión a revisión para que no seamos malos padres. Nos realizan incluso cuestionarios para detectar malos hábitos, maltrato, etc. Y nosotros lo permitimos, no nos planteamos que ese profesional, que sí que es perfectamente competente en lo que se refiere a patologías infantiles, no es nutricinista, ni pedagogo, ni psicólogo, ni consultor en lactancia materna, ni maestro, ni policía ni juez de madres. Y aunque fuese un superhombre con todas esas titulaciones no podría ejercer de todas ellas en una visita mensual de 5 minutos raspaditos.
Pero no sólo es culpa nuestra pretender poner las decisiones en sus manos y no buscar nuestro camino, informarnos por nuestra cuenta y, en cierto modo, disculparnos de nuestra olbigación de averiguar lo que necesita nuestro hijo en lugar de permitir que un desconocido nos lo comunique.
También es culpa de los pediatras que asumen ese rol sin ruborizarse, olvidando que en su carrera no les prepararon para esas funciones. Todavía quiero que un pediatra me diga "mira, es hora de empezar la AC, te recomiendo x libro de x nutricionista"... o "ha cogido poco peso este mes, por qué no acudes a x profesional de lactancia para verificar si ocurre algo"... o "si no duerme como tú esperabas, quizá puedas informarte con x especialista en sueño infantil" (pero que lo sea de verdad, por favor! que no copie métodos extranjeros poniéndoles su nombre).
Realmente este texto no es más que mi ejercicio del derecho al pataleo. No sé cómo se cambia esta tendencia, cómo se puede hacer que las madres no pongan fe ciega en un médico para meterse en temas que no le competen, ni qué debería hacerse para que los pediatras empiecen a asumir que hay cosas que no les corresponden, y que mejor remitir a las madres a otros especialistas en lugar de asumir ese rol omnipotente y meter la pata.

dimecres, 25 de febrer del 2009

Cuando descubrí que estaba embarazada entré en un estado de euforia indescriptible. Llevábamos muchos meses intentándolo y el positivo no llegaba nunca. Mi ginecólogo rehusó hacerme pruebas, según él no me quedaba por lo gorda que estaba, me indicó que perdiese 20Kg y que si seguía sin preñarme ya me haría pruebas.
Cambié de ginecólogo, me hizo pruebas y descubrimos que por determinadas circumstancias me costaría más de lo normal, así que me recetó paciencia.
En fin, después de tanta búsqueda llegó la increíble noticia. No podía esperar a contarlo, nunca me había sentido tan feliz (a pesar del vértigo creo que bastante razonable). Estaba deseando compartirlo con todo el mundo y di por sentado que todos se alegrarían por nosotros. Craso error. Muchos ni se alegraron, ni compartieron nada ni en ese momento ni nunca más. La mayoría de las personas que consideraba de nuestro círculo más íntimo no llegaron ni a verme con barriga... tuve un embarazo duro, estuve muchos meses encerrada en casa, atenazada por el miedo, creyendo que perdía a mi bebé y no recibí ningún apoyo por parte de esas personas, y yo tenía demasiado orgullo como para explicarles lo que sentía o pedirles la ayuda que necesitaba. Culpa de todos, pues. Lo cierto es que yo percibía que algunos incluso hubieran preferido que la perdiese (digo percibía, a saber si era verdad) y no quería mostrarme débil ante ellos.
Sea como sea las cosas tampoco cambiaron cuando tuve la horrible experiencia mediante la cual me la sacaron, viví algo horrible y en aquel momento pensé que saldría de ello contándolo y asumiéndolo pero lo cierto es que ninguna de esas personas querría oírlo hoy. Creo que las tantas cosas que yo creía que compartiríamos se han perdido para siempre. Yo pensaba que mi hija sería tan apreciada como yo por las personas que yo quería, porque es una parte de mí indivisible, y de alguna manera se convirtió en algo de mí que no gusta. No sé si es ella como individuo o si es por el hecho de que ella esté mucho antes que cualquier otra persona en el mundo, pero siento que para algunas personas es un obstáculo. Por suerte ella está antes que todo eso, y ocupa un espacio tan grande en mi mente que todo lo demás está involuntariamente en un segundo plano y supongo que eso me evita un chasco mayor.
Como todas las malas experiencias tienen algo bueno, también he descubierto que algunas personas valen mucho. Tengo un compañero vital que es antes que nada mi mejor amigo, un apoyo de valor incalculable y que aunque a veces no me comprenda siempre me respalda. Si no fuera por él habría perdido la chaveta. También tengo una hija que me agota y a la vez me hace consciente de la fuerza que tengo, que me enseña a exprimir cada segundo y que me descubre otra dimensión de las cosas que antes no conocía. Ser madre es como volver a ver la película de tu vida desde otro ángulo, es un ejercicio emocional y mental que no podría ni haber imaginado.
Y también he descubierto que hay personas que me quieren mucho más de lo que yo creía, que tengo apoyos donde no lo hubiera esperado y que no estoy sola ni mucho menos... No quiero que este post deje la sensación de que tengo un sentimiento de pérdida porque para nada es así, estoy muy satisfecha con la vida que tengo ahora mismo, a pesar de que haya cosas que no me gusten, pero podría decir que estoy en equilibrio. Y si tuve que pasar una mala, malísima temporada para llegar a este punto, pues estuvo bien empleado.

diumenge, 15 de febrer del 2009

Involución, revolución

Otro de los cambios durante el embarazo, directamente relacionado con el reajuste de prioridades, fue que empecé a tenerlas en cuenta de verdad. Creo que antes era una persona pasiva, claro que había cosas que me importaban, que me encendían o que me parecían intolerables pero mi aportación se limitaba a pensar y opinar. Cuando empecé a vivir de acuerdo con mis prioridades, cuando empecé de verdad a no tolerar lo que no parecía tolerable y dejé de hacer cosas por compromiso, porque toca, porque es lo que hay que hacer o porque no me había planteado alternativas, fue como poner la última pieza del puzzle. Incluso se me ocurre otra metáfora aún más acertada... es como esas ilustraciones que se pueden mirar desde dos lados, y en cada uno muestran algo totalmente distinto. Cuando empecé a vivir de acuerdo con mis ideas fue como cuando por fin ves la segunda figura del dibujo... ¡la posibilidad estaba ahí todo el tiempo, y yo cegada con lo que se veía a simple vista!
En fin, desde que empecé a comportarme así, empecé a ver cambios materiales. Ha sido lo más sencillo del mundo, y cuando hemos venido a darnos cuenta en casa estamos consumiendo aproximadamente la mitad, estamos comiendo totalmente distinto (y resulta que lo disfrutamos más y nos encontramos mejor)... y a nivel de relaciones sociales el cambio ya ha sido brutal. Sé que algunas personas se nos han perdido por este camino pero yo no cambio a nadie por esta paz mental. Porque a pesar de mis demonios, que todos los tenemos, a pesar de la sombra (que se alarga ya seis meses) del nacimiento, a pesar de no poder desligarme de la maquinaria hasta el punto de no tener que trabajar para según qué, nunca pensé que llegaría el momento de decir que estoy en paz conmigo misma. ¡Con lo fácil que era!

Free Money


Every night before I go to sleep
Find a ticket, win a lottery,
Scoop the pearls up from the sea
Cash them in and buy you all the things you need.

Every night before I rest my head
See those dollar bills go swirling 'round my bed.
I know they're stolen, but I don't feel bad.
I take that money, buy you things you never had.

Oh, baby, it would mean so much to me,
Oh, baby, to buy you all the things you need for free.
I'll buy you a jet plane, baby,
Get you on a higher plane to a jet stream
And take you through the stratosphere
And check out the planets there and then take you down
Deep where it's hot, hot in Arabia, babia, then cool, cold fields of snow
And we'll roll, dream, roll, dream, roll, roll, dream, dream.
When we dream it, when we dream it, when we dream it,
We'll dream it, dream it for free, free money,
Free money, free money, free money, free money, free money, free money.

Every night before I go to sleep
Find a ticket, win a lottery.
Every night before I rest my head
See those dollar bills go swirling 'round my bed.

Oh, baby, it would mean so much to me,
Baby, I know our troubles will be gone.
Oh, I know our troubles will be gone, goin' gone
If we dream, dream, dream for free.
And when we dream it, when we dream it, when we dream it,
Let's dream it, we'll dream it for free, free money,
Free money, free money, free money...

dimarts, 23 de desembre del 2008

Mi hija no es un florero

Cuando vamos de visita, todo el mundo recibe a Saïda con bromas varias. Les gusta que ella se ríe porque sienten que interactúan con ella, que le resultan graciosos... es lo más parecido a amor que pueden percibir de ella desde su posición marginal, fuera de la díada que sólo ella y yo componemos.
Después llega la hora de la comida y entonces llega la frase: "Bueno, ahora ponla en el cochecito y lo dejamos en el pasillo, a ver si se duerme mientras comemos".
Vaya! ya nos hemos reído y hemos jugueteado con la muñeca, ahora que la tenemos bien excitada nos conviene que caiga fulminada en brazos de Morfeo porque, claro, nos queremos sentar a comer sin interrupciones.
Da la casualidad de que, por muy bebé que sea, no deja de ser una personita, dependiente pero autónoma, y si no tiene sueño no se va a dormir. No sólo eso, sino que dudo que comprenda tampoco por qué si hace un momento se la han pasado de uno a otro, le han reído y chillado como monos en plena cara y la han sobado invadiendo su espacio personal (algo que no le harían a un adulto), ahora la atan a un coche y la dejan a oscuras en el pasillo mientras los oye hablar a lo lejos. Yo les digo que no va a funcionar, pero siempre hay quien insiste e insiste para que lo intente. Yo les digo que lo voy a probar por última vez para que se convenzan, pero que conozco a mi hija y sé cuándo no quiere estar sola.
Y Saïda estalla en llanto, con toda la razón del mundo. Yo me levanto y la cojo, me siento con ella en el sofá, me la pongo al pecho si quiere, ycuando terminen ellos ya habrá quien la coja para que yo pueda comer. Oigo comentarios durante toda la comida: esto no es vida, la dejo que me tiranice, la niña "tiene que aprender" a dejar a los mayores en paz, que no es normal un bebé que no se esté callado en su cochecito (vuelta al mito del bebé sin voluntad)... para ponerla a dormir la tratan como un ser inerte, pero para imponer autoridad dan por sentado que entiende, aprende y razona... la personifican o cosifican a voluntad y según les convenga, la anulan como persona.
Eso, y no el tardar 15 minutos más en comer, es lo que me duele. Mi hija no es un florero, no es un muñeco con el que se juega antes del aperitivo, y no se la pone a dormir cuando nos viene bien: si no tiene sueño, no lo tiene y punto.

dimecres, 17 de desembre del 2008

El tiempo que estuve embarazada fue una revolución personal. De forma espontánea fue como si mi subconsciente decidiese tomar el mando y revisase uno a uno todos los procesos e ideas de mi mente consciente; le dio la vuelta a todo y todo aquello en lo que creía o que creía conocer se vui cuestionado. Algunas de esas creencias se vieron reforzadas y otras se revelaron como heredadas del entorno: mis padres, la tv, personas que me han influido... retazos de opiniones ajenas que se nos quedan pegados a la piel al tocar a los demás. Y sobretodo, y especialmente en lo que concierne a la crianza, fue como si se abriera la puerta del instinto, o como si por primera vez me permitiese oír al mamífero que sabe cómo debe actuar.
Inevitablemente, el criar a Saïda provoca que afloren recuerdos, y también que empiece a cuestionar las diferencias entre lo que yo hago hoy y lo que mi madre hizo antaño.
No sé qué parte se debe al instinto y qué parte al modo en que nació, pero me duele mucho separarme de Saïda. Me quedan dos semanas en casa y no soporto la idea de marcharme. Y eso me trae a la memoria cosas que mi madre siempre dice, como que sólo me dio el pecho dos meses porque no tenía paciencia, que estaba deseando volver a la oficina para sentirse libre... no se plantea que cuando me habla así de ese bebé, está hablando de mí. Cuando yo cumplí un año abandonó la vida laboral, pero entonces yo, que había estado bajo el cuidado de mi abuela, empecé la guardería. ¿Por qué me llevaba, si estaba en casa? ¿Por qué mi madre necesitaba ese distanciamiento y yo lo que más desearía es que el sistema no me obligase a dejarla con 4 meses para empezar a produccir de nuevo? No puedo más que inventarme teorías, y no es algo que quiera preguntarle. Pero no se me escapa que muchas madres se pierden mucho tiempo con sus hijos porque está mal visto tenerlos en brazos todo el día, dormir con ellos y darles en definitiva todo el contacto físico que el instinto de cualquier puérpera reclama.
No entiendo por qué nos comportamos con nuestros hijos según los manuales si dentro tenemos todas las respuestas, no sé cómo tanta gente doblega su naturaleza así...

dimarts, 16 de desembre del 2008

No soy de esas personas que olvidan sus blogs.
Tengo un problema, lo he tenido todos estos meses, con la forma en que terminó el embarazo; catastrófica, cruel. Tengo a Saïda, que es lo más grande que existe y es motivo más que suficiente para levantarme cada día, pero a la vez tengo un abismo dentro que me absorbe por momentos, y nadie en el mundo parece verlo.
Pero han pasado cuatro meses y supongo que tendré que ocuparme del asunto. He pensado que escribirlo todo podría servir. En cuanto me atreva, claro.

dijous, 24 de juliol del 2008

La serpiente que se comió a la oveja

Me siento exactamente como esas serpientes de los documentales que se comen una oveja entera y luego tienen esa enooooorme barriga... además es que mi única forma de desplazamiento, al igual que en su caso, es reptar, porque andar no puedo.
Tengo la barriga tan grande y tan durísima que da la sensación de que la pien está a punto de reventar y abrirse por todas partes, y siento unos tirones por todos los músculos que la rodean: en la cintura, las caderas, bajo vientre... cuando intento andar es como si tuviese flato pero en lugar de localizado en un costado está por todas partes.
Esto es una tortura física y psicológica, llevo tanto tiempo intentando que no nazca que ahora que ya puede salir y no lo hace me siento como si hubiese salido de cuentas (y la realidad es que me quedan aún unos 20 días para la fecha probable de parto). Además ya todos los días tengo horas y horas de contracciones seguidas, pero no son regulares. Empiezan espaciadas y van haciéndose cada vez más frecuentes, y cuando llevo varias seguidas rítmicas y cada pocos minutos y empezamos a pensar que puede que sea el día, vuelven a espaciarse de nuevo hasta desaparecer. Y así un par de veces al día, como si quisiera ponerse en marcha y no pudiese terminar de hacerlo. Por supuesto la tontería me supone varias horas diarias de bastante dolor, y no parece servir para nada. Ojalá el médico me diga hoy algo que me haga sentir un poco mejor.

dimarts, 22 de juliol del 2008

36 Semanas

Prácticamente puede decirse que la niña está a término. A estas alturas y con su peso sería raro que tuviese que estar en incubadora si naciese hoy. Así que, después de tanto aguantar para que no naciese antes de tiempo, ¿por qué no se decide? El sábado pasado tuve contracciones durante todo el día, unos ratos más espaciadas y otros mucho más seguidas, sin embargo el domingo habían desaparecido. Ayer me pasé el día igual, durante una hora el intervalo se acercó a los 10 minutos pero al acostarme de nuevo cesaron. Estoy tomando las infusiones de hojas de frambueso y paseando todo lo que puedo (y es muy poco, porque no puedo con mi barriga). Ayer me las apañé para andar unos minutos por la mañana, y dar un buen paseo por la tarde, pero no pareció ayudar. Sea como sea hoy haré lo mismo, peor tengo la impresión de que la cosa intenta arrancar y no termina de conseguirlo... espero que almenos estas supersesiones de tortura me sirvan para que este jueves cuando vaya al médico éste me diga que he dilatado ya algo, y que no estoy pasando estos dolores para no adelantar nada. Yo me dedico a fantasear e imaginarme que, muy sorprendido, me dice ¡Vaya! 3cm. ya... será mejor que te quedes aquí ya esta noche... o algo como "vaya, de la semana que viene no pasas...".
A ver si para el cambio de luna del día 1...

diumenge, 13 de juliol del 2008

35 Semanas

El dolor ya es continuo desde hace varios días... como el dolor menstrual pero quizá un poco más intenso (o estoy hipersensibilizada y agotada). En teoría me quedan entre 2 y 7 semanas para parir, un tiempo demasiado inconcreto para lo harta que estoy. Es posible que me sintiera mejor si almenos supiese que me quedan x días o semanas y pudiese encararlo de otra forma, pero de todos modos es que ya no tengo paciencia, estoy totalmente haaaaaaarta. Encima tener que sufrir tantos dolores y que tampoco sirvan para que nazca no ayuda precisamente a lidiar con ellos.
En fin, un día menos.

divendres, 4 de juliol del 2008

34 Semanas

Cada vez escribo menos... creo que la frecuencia de actualización de este blog va pareja a mi nivel de ánimos.
Ayer estuvimos en el gine, la niña ya pesa 2,300Kg y sigue boca abajo. Tengo que seguir en reposo 2 semanas más y luego seré una persona libre otra vez. El problema es que ahora mismo estoy en condiciones tan deplorables (hoy hace 10 semanas que empecé el reposo) que el simple hecho de darme una ducha me deja sin aliento y totalmente agotada. Supongo que es normal, al fin y al cabo son más de dos meses sin moverme mientras que mi cuerpo sigue cogiendo peso y encima las temperaturas se han disparado... ya veo que voy a llegar al parto hecha un despojo humano, no es que tenga miedo (al contrario, estoy ansiosa por que llegue el momento) pero es evidente que no voy a ser todo lo fuerte que hubiese querido. Me encuentro tan floja que no sé cómo voy a ocuparme de mi hija cuando nazca y me preocupa qué clase de recuperación voy a tener si llego en estas condiciones.
En fin, es estúpido preocuparse por cosas por las que no puede hacerse nada, pero resulta que yo no tengo nada mejor que hacer en todo el día.

dimarts, 17 de juny del 2008

31 Semanas

Hace bastante que no escribo, porque la verdad es que no tengo muchas ganas de actualizar esto, dada la situación.
Las contracciones han ido a peor y ahora tengo que permanecer tumbada o recostada todo el día, sólo tengo permiso para levantarme si tengo que ir al wc... y casi cada vez que lo hago, y todas las veces que me ducho sin excepción, acabo con contracciones. Estoy agotada de tanto dolor físico a diario.
Además en la última eco vimos que el peso (que de siempre era algo superior a la media) se había encaramado hasta el percentil 97, lo cual a esperas de confirmarlo en la siguiente visita indica que la niña puede ser macrosómica. Yo tengo obesidad, además llevo mucho reposo hecho de todo el embarazo... la verdad es que tiene algunas papeletas, pero bueno. Si el peso sigue en esta curva para la semana 35 o 36 ya pesaría más de 3Kg y medio, por lo que el gine sugiere provocarlo si no ha nacido ella antes... yo no soy capaz de decidir entre renunciar al parto natural que persigo o arriesgarme a que aguante hasta la semana 40 y pase de los 4,500Kg... no sé si tengo derecho a exponerla a una distocia de hombro o a un expulsivo fallido acabado en cesárea por tener el parto que yo quiero.
A veces no sé si prefiero que nazca ahora, porque yo anímicamente no puedo más... y me siento culpable por pensar así, es muy pronto todavía para ella y aunque casi con total seguridad viviría, podría arrastrar problemas de por vida.
Así que sigo pasándome los días inmóvil, contando contracciones... las mañanas no pasan nunca, Dani se marcha antes de las 7h y se me hace eterno hasta que vuelve de trabajar, encerrada, sin poder hacer nada en casa y sin ver a nadie. Me muero de calor, me duele todo el cuerpo de estar tumbada y si me muevo me duele la barriga aún más.
Este bebé va a tener una madre loca.